El caldo de huesos (res, cerdo, pollo, pescado o cualquier otro animal) aporta una gran variedad de valiosos nutrientes en una forma que pueden ser absorbidos y utilizados fácilmente por el cuerpo.
Es uno de los alimentos más alto en COLÁGENO, el cual es esencial para la salud de las articulaciones, huesos, piel y cabello.
GLUCOSAMINA y sulfato de condroitina las cuales intervienen en la formación de cartílagos, tendones y ligamentos.
AMINOÁCIDOS ESENCIALES como prolina el cual ayuda en la formación de músculo, glicina el cual es un neurotransmisor cerebral y glutamina el cual ayuna en la síntesis de proteína así como en el equilibrio ácido base de los riñones.
SILICIO el cual conserva la flexibilidad de las articulaciones.
Aporta calcio, fósforo y otros minerales en pequeñas cantidades.
El caldo de huesos tiene una larga historia de uso medicinal. Tradicionalmente, ha sido relacionado con la curación del intestino y muchas enfermedades modernas parecen tener sus raíces en la disfunción intestinal.
Altamente recomendado durante la práctica del ayuno intermitente. Se puede tomar en cantidades moderadas sin afectar los beneficios metabólicos del ayuno (Una o dos tazas por día de ayuno). Brinda saciedad durante el ayuno. Además los caldos son deliciosos y altamente flexibles para hacer sopas o añadirlos a muchas recetas.
Mientras más gelatinoso esté el caldo, más nutritivo es. Para hacerlo lo más gelatinoso posible, agregue patas de pollo, patas de cerdo y/o huesos con articulaciones.