La coliflor es una planta crucífera, con sabor neutro y buena textura; fácil de preparar y lo suficientemente versátil para incluirla en una gran cantidad de preparaciones. Este alimento funcional tiene tanto valor, que muchos suplementos alimenticios del mercado obtienen sus ingredientes a partir de él.
Su excelente composición nutricional, sea cruda o cocida, la hace un alimento perfecto para adecuar el aporte de carbohidratos en tus comidas. Además, los fitoquímicos que contiene ayudan a mantener el óptimo funcionamiento del cuerpo, previniendo enfermedades degenerativas como el cáncer y el alzheimer.
Actualmente se conocen cuatro tipos de coliflor, con colores que varían entre verde, blanco, amarillo y morado. Dentro de sus principales características resaltan:
Tiene un excelente perfil de nutrientes:
Una taza de coliflor tiene un muy bajo aporte de carbohidratos y calorías totales; y es fuente de fibra. Además brinda la misma cantidad de vitamina C que otras fuentes alimentarias, como son los cítricos y las fresas. Su consumo mejora la absorción de hierro a nivel del intestino.
Favorece la reparación de los tejidos del cuerpo:
Este alimento se ha asociado al aumento en la expectativa de vida, gracias a su aporte de flavonoides, antocianinas y carotenoides; así como sulfuranos y glucosinolatos que reparan el cuerpo del daño ocasionado por la contaminación ambiental, la edad, el estrés y el estilo de vida.
Es un alimento que ayuda al manejo de la diabetes:
Tiene una cantidad importante de polifenoles que mejoran la sensibilidad celular a la insulina y disminuyen los niveles de azúcar en sangre.
Previene la aparición de distintos tipos de cáncer:
Como se mencionó anteriormente, el consumo de este alimento se ha asociado con la prevención de distintos tipos de cáncer: entre ellos de próstata, y útero, gracias a la alta cantidad de antioxidantes en su composición.
Si quieres conseguir una coliflor de calidad, asegúrate que no tenga manchas amarillas o cafés en su superficie.
Además, para desinfectarla adecuadamente, déjala reposar en agua con sal por 15 minutos. Luego elimina el agua y lávala nuevamente antes de servirla o cocinarla.